un hombre llamado Sherezadhe

No importa como vivas... No importa como mueras..... Sólo importa como la hayas amado.

lunes, 9 de marzo de 2009

el amor es la delicada luna del jardín del profeta

El jardín del profeta tiene una delicada luna.

Blanca y constante.

La luna blanca qué su vientre refleja es la mañana sin alba qué el tiempo del amante adeuda, cuando el enlaza el deseo de ella a la quimera de sostenerla.

Es en la mañana donde

sábado, 7 de marzo de 2009

capitulo 1

Hay momentos donde surge la eternidad. De forma suave, delicada y unica.

En ese momento es mejor respirar lentamente, sentir la devocion del universo que se derrama en el cuerpo de ella, de una mujer, de un angel, de un estado de conciencia.

En ese momento, el hombre se vuelve amante, para olvidarse de si.

En ese momento de delicado servicio a la delicadeza de los juegos del amor y la belleza, te lleva en ese mismo instante a la mas profunda oracion que, es esa, que te lleva al mismo origen de la creacion.

Y es esto tan importante que solo queda la posibilidad constante de la meditacion mientras ella tiembla en crepuscular pasion que la tienda en el corazon del alma de la misma existencia que hace que la luna se ausente para descender a su pubis que tiembla.

Hay un arte de amar que va mas alla de la identidad del hombre como tal.

Hay un arte tierno y delicado que se vuelve fuerte y pasional en el desgarro de ella cuando se le curva y cimbrea la zona lumbar por el despertar de la serpiente que encierra, del origen del universo, su unica verdad.

No puedes hacer el amor, penetrar y nada mas.

Es tan obvio que resulta incomodo hasta llegarlo a cuestionar, pero detrás de ello se encierra un profundo testimonio que va mas alla de este tiempo vulgar que nos ha tocado afrontar.

Hay otra forma de amar.

Existio un hombre llamado Sherezade que, durante mil noches, de devoto amante, hizo temblar a quien idolatraba para que se pudieran unir en la cumbre de la eternidad.

Esto es solo posible si consideras que la vida se merece un tiempo para ser vivida. Para sentir como duele en cada parte de tu cuerpo el tiempo de anhelo que emigra.

Es oracion unica el sexo que te lleva al yoga magico del universo.

Permite, mi dulce niña, que te enseñe el secreto que ese hombre conocia y me dio en una noche, justo antes de que moria.

Al final el me dijo:

...no le busques sentido, no lo tiene.

Y junto a mi ha permanecido desde entonces, para siempre.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen

viernes, 6 de marzo de 2009

Las mil y una noches.

Las mil y una noches, como jamás fueron contadas.

Las noches del amante qué aplaza la penetracion para alcanzar una sublime poesía en cada mañana en el éxtasis de su amada.

Mil noches preparando una.

El arte más oriental del alma de quien ama y no importa, como viva o como muera. Sólo importa el éxtasis meditativo constante de su amada.

Hay momentos donde no haces el amor, sólo dejas qué el amor te haga.

Allí donde el hombre pone la esencia en sus manos y tarda mil noches para llevar a su reflejo, su amada, a ese momento cumbre de ser llenada.

Mil noches de dedicacion a ella, de profunda dedicacion a ella, de dedicación constante y trágica, cuando llega la mañana y la culminación queda aplazada.

Es posible amar de otra manera que trasciende las entrañas. Simplemente es la cortesía del
hombre qué lleva a la mujer al mismo éxtasis qué el en unos instantes alcanza.

El hombre qué derrama el profundo amor, ahora cuando llega la noche, aguarda el momento para qué llegue otra noche mas prolongando el placer de quien con el yazca.

Sherezade fue su nombre.

Sherezade fue un hombre qué durante mil noches llevó el amor hasta alcanzar el momento de la noche una de mil una donde entró en quien estremecio hasta cada alba.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

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